Los Lunes, los lunáticos
se suben a los áticos
y pasean con prismáticos.
Y es la Luna, Luna Lunera,
quien ocupa su vida entera.
De día los anfibios
permanecen dormidos,
ocultos, escondidos,
pero si ha llovido y oscurece
su número crece y crece y crece.
Se reúnen ciertas noches
y en contadas ocasiones
en los más húmedos rincones.
Los lunáticos mirando al cielo,
los anfibios a ras del suelo,
y yo, que estoy en medio,
los observo a todos ellos.
Una salamandra selenita
se detiene, saluda y grita:
¡Un minuto pasa de la una!
Y la Luna
es una uña.
INCIERTA BELLEZA DEL VIENTO: Rubén Jiménez Triguero.
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ESENCIA DE LA DECADENCIA
Artistas descalzos en su total decadencia
intentando erigirse en una torre de marfil
y acariciar las divinidades de nuestro tiem...
Hace 7 horas
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